lunes, 27 de julio de 2015

ATLACATL


Atlacatl (muerto en 1528) tiene fama de haber sido el nombre del último gobernante de un sistema de gobierno que se basa en el centro de Cuzcatlán, en la periferia suroeste de Mesoamérica (actual El Salvador), en el momento de la conquista española.
     Cuzcatlán era en ese momento uno de los centros políticos principales en una "confederación" suelta de los pueblos mesoamericanos conocidos como los pipiles , cuya última instancia, sin éxito la resistencia contra los españoles conquistadores menores de Pedro de Alvarado y otros que se recuerda en la tradición salvadoreña. La cifra de sí mismo Atlacatl ha adquirido un aspecto un tanto legendaria en el folklore salvadoreño, que simboliza valiente y fuerte resistencia a los pipiles "contra las fuerzas españolas invasores. Sin embargo, la realidad histórica de la resistencia (e incluso la existencia) de Atlacatl es discutible, con fuentes contemporáneas proporcionar una cuenta diferente, y los detalles de las hazañas heroicas de Atlacatl apareciendo como adornos posteriores después del hecho.
     Según una versión, cuando Pedro de Alvarado y sus fuerzas llegaron a Atehuan (Ateos) recibió un mensaje enviado a él por Atlacatl en la que Atlacatl se allanó a la demanda de Alvarado para la rendición de Cuzcatlán. Sin embargo, cuando Alvarado se acercó a la ciudad la encontró abandonada, los pipiles todo habiendo huido a la región montañosa cercana. Alvarado envió una nueva demanda a Atlacatl para su rendición, pero en cambio recibió la respuesta: "si quieres nuestros brazos tienes que venir a obtener de las montañas". Fuerzas de Alvarado lanzó un furioso ataque sobre la fortaleza de la montaña pipil en el cual muchos caballos, españoles y sus auxiliares nativos murieron; Alvarado se vio obligado a retirarse de Cuzcatlán en 04 de julio 1524.

     Dos años después de esta batalla, pariente de Alvarado Gonzalo de Alvarado había fundado una base española en San Salvador (agosto 1526), ​​desde donde las fuerzas españolas continuaron arrasar los distritos circundantes y combatir la resistencia pipil restante. Por último, en 1528, Diego de Alvarado y sus auxiliares indios exponen en otro ataque contra Cuzcatlán, durante la defensa de que Atlacatl y sus fuerzas fueron derrotadas, Atlacatl saltó al volcán para seguir siendo una leyenda invicto.

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